Reformar la casa no es una tarea sencilla, sobre todo si no tienes conocimientos sobre albañilería. Hay muchos detalles que debes tener en cuenta si quieres conseguir unos excelentes resultados y unos cuantos que debes evitar para no acabar haciendo una chapuza.
Antes de comenzar con tu reforma te recomiendo que le eches un repaso a este artículo en el cual encontrarás los 7 errores más comunes que debes evitar en el momento de comenzar con las obras. ¡Comenzamos!
Lo primero que debes hacer es llevar a cabo un conteo real de los gastos que te supondrán la reforma de tu casa. El presupuesto real debe contener de manera detallada todos los gastos que están previstos en la reforma, como las demoliciones del pavimento en cada habitación, el levantado de la carpintería acristalada, el desmontaje de los aparatos sanitarios y de grifería, el desmontaje del mobiliario de la casa, las demoliciones del falso techo de escayola, el enfoscado del cemento, el alicatado de los azulejos, etc.
Si la reforma la va a llevar a cabo una empresa constructora no debes pagar por adelantado. Como en cualquier otro producto o servicio, los pagos deben llevarse a cabo cuando la reforma esté finalizada. Si adelantas el dinero corres el riesgo de que el constructor se retrase en tu reforma, de que te apliquen una subida de precio por “imprevistos” no incluidos en el presupuesto e, incluso, de que desaparezca tu dinero sin ver ningún resultado o dejando tu reforma a medias.
Cuando haces una reforma debes tener en cuenta la fiscalidad. Este aspecto, desconocido para una gran mayoría, puede suponer el mayor impacto económico de la reforma. En el caso del IVA, este puede oscilar entre el 21% y el 10%. Dependiendo de algunos factores, como que la vivienda reformada sea la habitual, este puede ser del 10% o del 21%. A largo plazo te encontrarás, también, con los pagos del IRPF que interfieren sobre el precio de entrada y el precio de salida. Puedes conocer más datos sobre fiscalidad de las reformas de la vivienda, así como otros consejos en ARKespai —expertos arquitectura—.
Cuando hablamos de reformas integrales de la casa, o reformas de una casa, muchas veces pensamos en pavimentar el suelo con otro tipo de azulejos o de pasarnos al parqué. Si tu idea es cambiar los azulejos, ten en cuenta quitar los azulejos que ya tenías. Y es que, aunque sea mucho más trabajo, si colocas los nuevos encima de los que ya estaban es posible que luego te encuentres con problemas como desniveles entre una habitación y otra, así como puertas que no se abren o que rozan con el suelo. Asegúrate siempre de llevar a cabo mediciones —independientemente de la forma en la que coloques los nuevos azulejos—.
Otra de las cosas que debes evitar si no quieres malgastar el dinero es pintar los azulejos de colores. Aunque la idea pueda resultar atractiva, el resultado no lo será tanto. Y es que, al pintar azulejos de colores, los colores originales del azulejo acaban traspasándose y el resultado es una chapuza.
Si no quieres llevarte una desagradable sorpresa sobre el tiempo de la reforma, asegúrate bien de hacer una adecuada planificación y diseño de la obra. Por supuesto, ten en cuenta los imprevistos que pueden surgir. Estos estarán presentes durante toda la obra, así que añádele unos meses de más a la obra para no quedarte corto con la planificación de la misma.
A menos que seas un experto/a, debes asegurarte muy bien de qué materiales son mejores para llevar a cabo tu reforma y que, a la larga, te den buenos resultados. Debes tener en cuenta características de la casa como el lugar, la ubicación, la temperatura, etc., a la hora de elegir los materiales. Por ejemplo, en el caso de las ubicaciones más húmedas como los baños debes elegir —como es lógico— materiales más resistentes a la humedad para que no aparezca moho o hongos. En el caso de los pavimentos de exterior, si usas azulejos, deberás buscar aquellos que estén hechos con materiales impermeables. Analiza bien todos los materiales antes de comprar nada.